Si te gusta el fútbol y te pregunto: ¿A qué equipo le vas? Seguramente responderás emocionado mencionando el nombre de tu equipo favorito. No importa el que menciones de tu país, pero responderás rápido, casi como si te estuviera preguntando cómo te llamas. Tal vez te sentirás emocionado al recordar ese nombre tan valioso, al que defiendes a capa y espada, al MEJOR equipo para TI. Pero, ¿por qué le vas a ese equipo? A lo mejor responderás: ¡porque es el mejor! Pero, ¿quién te enseñó a ti que ese equipo al que tú le vas es el mejor? A lo mejor no sabrás que responder. Lo más probable es que le vayas a ese porque tú papá te enseñó desde niño que a ese le debes ir porque él apoya a esa selección de futbolistas. Lo más probable es que apoyes a ese porque desde niño te enseñaron que es el mejor, ya sea que te lo haya enseñado tu papá, tu hermano, tu tío, tus amigos, tu novio, novia, no importa quién, el caso es que TE IMPLANTARON la creencia de que ese es el mejor equipo, ¡por eso lo apoyas! A lo mejor ni siquiera sabes si es bueno o no. A lo mejor eres mujer y ni ves el fútbol, pero apoyas a tu equipo. Y como tú papá o “X” persona te sembró esa creencia sientes que no puedes irle a otro, porque ¡traicionarías a tu papá!, ¡traicionarías el orgullo futbolístico de la familia!
Las creencias parecen heredarse
¿Qué partido político apoyas? Seguramente el mismo el que tu familia apoya, porque heredaste esa creencia, te la IMPLANTARON desde que tienes conocimiento de los partido políticos, y no le puedes ir a otro porque sentirías que traicionas a la familia, sentirías que te traicionas a ti mismo, sentirías un conflicto. ¿Por qué? Porque tienes implantada la creencia de que ese es el partido que debes apoyar y punto. Simplemente crees que ese debes apoyar, porque te implantaron esa creencia.
¿De qué religión eres? ¿Por qué tienes esas creencias? ¿Realmente sabes en qué consiste tu religión? ¿Sabes los argumentos del por qué esa es la correcta o la mejor? Lo más probable es que seas religioso simplemente porque las creencias las aprendiste en tu casa, no porque racionalmente hayas comprobado que tu religión es la correcta o adecuada.
¿Qué le pasó al Juanito de la historia anterior? También le implantaron creencias, pero negativas. Desde niño le hicieron creer que era un tonto, “bobo”, inútil, etc. Le implantaron creencias dañinas y lo acomplejaron. ¿Quiénes se las implantaron? Sus compañeros de la escuela. Tal vez tengas creencias negativas y errores en tu sistema interno, pero ha llegado el momento de cambiar, ha llegado el momento de implantarte creencias positivas, y la primera que debe quedar bien arraigada en ti, es esta: SOY UNA PERSONA DE ALTO VALOR. YO VALGO MUCHO, EL VALOR ME SALE HASTA POR LOS POROS DE LA PIEL.
El valor que tienes de ti mismo es la base de todo, es el cimiento para construir tu autoestima indestructible, por eso he estado haciendo mucho énfasis en tu valor.
Más adelante pondré ejemplos de la vida real y te mostraré como piensa un perdedor de bajo valor y cómo piensa un ser de alto valor, como tú, yo, y todos.
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
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