Antes que leas esto, existen 2 posibilidades:
1.- Que hayas sufrido un ataque de pánico y sepas cómo se siente
2.- Que nunca hayas experimentado un ataque de pánico. Si eres de estas personas, aún no sabes qué es tener miedo en toda su magnitud. Y cuando alguien que ya lo sufrió, te cuente este problema, posiblemente no serás capaz de comprenderlo, porque es como si te hablaran de un color que no existe, o de una nota musical que no se puede escuchar en este universo, simple y sencillamente no puedes imaginar lo que no conoces.
Si has experimentado un ataque de pánico, con este artículo comprenderás mejor cuál es el proceso que sigue este “fenómeno” psíquico-físico.
Si no has tenido un ataque de pánico, pero has tenido depresión, es algo similar, solo que en vez de sentir tristeza extrema, se siente miedo extremo.
Si nunca lo has experimentado, lee esto lentamente y tal vez puedas entender un poco cómo es tener miedo extremo.
Ahora imagina cómo sería si la alarma de tu automóvil se activara sola y sin causa a cada rato, y que cuando intentas desactivarla te das cuenta que no puedes, sigue sonando y más impotente te sientes, sigues intentando apagarla pero no logras más que desesperarte al no poder desactivarla. Comienzas a buscar al posible ladrón que activó la alarma pero no existe, simple y sencillamente tu alarma está funcionando mal, por eso se activa sola. Ahora, imagina que tu “sensor” de miedo en tu cerebro hace lo mismo, se activa sin causa y no puedes “apagarlo”, sigues intentando pararlo pero tu desesperación aumenta y no lo logras. Tu “sensor cerebral” te está avisando de un peligro eminente, pero 100% falso, tu cuerpo se prepara para luchar o huir, miras a tu alrededor y no sabes con qué o quién pelearás, o de qué o quién debes huir, esto te confunde y sientes más miedo, tu “sensor” se activa con más intensidad y no puedes apagarlo, experimentas el miedo en un nivel extremo llamado pánico. Algo parecido pasa con los Ataques de pánico.
Ahora imagina que la alarma de un banco comienza a sonar, pero sólo dejará de sonar cuando los policías lleguen, sin embargo, los policías no son capaces de ubicar el banco, y al no poderlo ubicar, no puede llegar por lo que la alarma seguirá sonando indefinidamente. Algo parecido sucede con los ataques de pánico. El sistema cerebral encargado del miedo enciende la “alarma” sin haber un peligro real y comienza a mandar falsas señales a otras áreas del cerebro, esta “alarma” no parará hasta que la parte racional ubique el peligro, pero como el peligro real no existe, la parte racional no puede ubicarlo, por tanto la “alarma” no puede ser parada, entonces se sigue generando miedo indefinidamente a manera de un círculo vicioso hasta hacer sentir a la persona que lo sufre un terror infernal.
Si vas caminando por la calle y de repente ves a un león feroz corriendo hacia ti, en ese momento esa percepción de la realidad entra a tus ojos y llega al sistema límbico de tu cerebro, el suceso percibido en ese momento llega al centro del miedo de tu mente, según los expertos, a la amígdala cerebral; luego, esa percepción real es procesada y entonces tu amígdala, como sensor de miedo se “enciende” como si fuera una alarma, y enseguida comienza a mandar señales a otras zonas del cerebro, se activa tu razonamiento y comienzas a pensar cómo huir del peligro, a la vez que otras zonas cerebrales comienzan a dar órdenes a todo tu cuerpo, como por ejemplo, tu sistema inmunológico baja su nivel de funcionamiento para poder centrar toda tu energía en la huida, tus músculos parecen agarrar más fuerza, tu corazón se acelera, tus pupilas se dilatan para ver mejor, tu respiración se hace más rápido, y sientes todo el peso del miedo viajar en tus venas y tus neuronas. Simultáneamente, en este proceso que se activa en milésimas de segundos, tu mente trata de tomar una decisión rapidísima para evitar ser dañado por el felino. Comienzas a correr y constantemente volteas a ver hacia atrás, y de pronto ves que han atrapado al león. En ese momento tu “sensor” de miedo, la amígdala, comienza a apagarse y poco a poco vuelves a la normalidad, porque tus zonas cerebrales encargadas del razonamiento mandan señales diciendo que el peligro ha pasado. Ahora imagina, ¿qué pasaría si al voltear a ver ya no ves al león? Seguirás estando alerta, seguirás sintiendo miedo por qué no sabes dónde está escondido y en cualquier momento puede aparecer para dañarte. Ahora analiza bien esta pregunta: ¿Qué pensarías tú o la gente de tu alrededor si hubieras sentido ese miedo pero sin haber un león, y de repente comienzas a huir pero no sabes de qué o quién? Posiblemente pensarás al igual que la gente, que estás quedando loco, o que es una tontería lo que estás haciendo, pues, cómo vas a tener miedo si no existe peligro real. Esto sucede cuando padeces Ataques de pánico. Experimentas un miedo terrorífico peor, sin haber una causa real. En situaciones normales sucede este proceso correcto:
RealidadàSentidos à Emocionesà Reacciones físicasàSolucionas el problemaàPara el miedo
La realidad peligrosa entra por tus sentidosàLlega a tu amígdala y se pone en estado de alerta generando miedoàSe activan otras zonas de tu cerebro para racionalizar la solución del peligroàTu cerebro manda órdenes a tu cuerpo para prepararte físicamente y poder luchar o huiràUbicas el peligro y huyesàLa amígdala deja de mandar señales porque ya estás fuera de peligro
Pero, cuando tu amígdala “no funciona bien”, se aloca y comienza a mandar señales falsas que no puedes parar, entonces desencadena un infernal y terrorífico pánico experimentado por muy pocas personas. En este caso, el proceso incorrecto es el siguiente:
EmocionesàReacciones físicasàNo puedes solucionar el problema porque realmente el peligro no existeàSigues generando miedo
No existe peligro realàPero de pronto y sin causa aparente tu amígdala se aloca, entra en estado de alerta y comienza a mandar señales falsas de peligro, pero extremadamente potentes, entonces surgen el miedo y el terroràTu cerebro manda órdenes a tu cuerpo para prepararte físicamente y poder luchar o huiràNo puedes huir ni resolver el problema porque el problema no existe en la realidadàSigues generando miedo, y más intenso porque no puedes ubicar el peligro
Básicamente no existe peligro real, pero una zona de tu cerebro, básicamente tu amígdala cerebral, manda señales falsas; es como si entraras a un banco y enciendas la alarma de asalto sin haber asaltantes, la gente se asustará y comenzará a huir, aún cuando no hayan ladrones. Lo mismo sucede en los ataques de pánico. La alarma se encienda y surge el miedo. Tu parte racional trata de ubicar el peligro y te impulsa a huir, buscas con tus sentidos en la realidad pero no encuentras el peligro, sigues sintiendo el peso del terror porque tu amígdala sigue mandando falsas señales a otras zonas de tu cerebro, tu parte racional trata de encontrar por medio de los sentidos una explicación lógica, pero al ver que no hay peligro real, te asustas, sientes que estás quedando loco, esto hace tu temor más intenso (ahora ya temes quedar loco), tu cerebro comienza a dar órdenes urgentes a tu cuerpo, tu corazón se acelera, tu respiración igual, sientes nauseas, ganas de vomitar, decides huir, ¿pero de quién?, si tu parte racional no encuentra el peligro, entonces crees que queda confirmado que a lo mejor estás quedando loco o que vas a sufrir un infarto, el temor aumenta y ahora tienes miedo a perder el control o que te de un infarto, tu amígdala ahora manda más señales de miedo y tu parte racional aún no encuentra el peligro, tu corazón sigue alterado, tu respiración igual, entonces tu amígdala, según la taquicardia y los otros síntomas sigue creyendo que si hay un peligro, tu cuerpo físico lo está confirmando, y entonces el pánico se hace más intenso porque ahora tu amígdala manda más señales falsas de peligro, no lo puedes controlar, tu parte racional sigue buscando el peligro en la realidad, pero no hay, entonces piensas que ya estás quedando loco, algo está pasando, comienzas a tener síntomas peores, sientes una despersonalización, como que tu YO ya no está en ti, como que estás en un juego virtual, no sabes si sigues vivo o ya has muerto, si estás en la realidad o en un mundo virtual, como que tu estado consciente empieza a perder el control, y así te mantienes en un círculo vicioso mientras tu razón se enfrenta a tu emoción. Experimentas un fenómeno electro-químico y el miedo generado por señales falsas te controla, el sistema emocional toma el mando y tu sistema racional no puede mandar (Recuerda que siempre actúas según sientes y no según razonas, y que las emociones son más poderosas que los razonamientos). Tu amígdala no para y los ciclos de miedo alcanzan niveles casi infernales que nunca antes habías experimentado. Luego se crea un circuito de retroalimentación, tienes miedo de tener miedo, y al tener miedo al miedo, confirmas que ya tienes miedo, y esto sigue generando miedo, lo que a la vez hace que sigas temiendo al miedo y caes en el círculo vicioso del pánico. Tu estado emocional está alterado y comienzas a crear asociaciones negativas de terror, y si esto sucede en una plaza, adquieres la fobia a esa plaza, o posiblemente, adquieres la agorafobia.
Esto es un Ataque de pánico, y sucede porque una zona de tu cerebro (básicamente la amígdala) se activa de repente, sin importar dónde y cuando, y sin haber un peligro real comienza a mandar señales falsas, entonces tu parte racional trata de resolver el problema para anular el miedo, pero al no encontrar la causa, puesto que no existe, no puede resolverlo, y por lo tanto, no puede anular el miedo, y este sigue aumentando. En el caso del león, cuando tu parte racional ha interpretado que el león ya no es un peligro al ser atrapado, entonces hace que el miedo pare, pero en el caso de un Ataque de pánico no puede mandar una señal que diga “fuera de peligro”, porque aún no ha encontrado donde está el peligro, y nunca lo encontrará, porque realmente no existe, y si nunca lo encontrará, nunca podrá anularlo o evitarlo, por lo tanto, no podrá para el miedo. Esto es un círculo vicioso.
Sin embargo, tranquilo, no pasa nada, porque al no haber un peligro real, en unos cuántos minutos ese episodio de pánico no podrá subsistir, y entonces parará, pero, la ansiedad puede ser permanente por mucho tiempo. Ahora tranquilízate más, porque esto prácticamente es una “ilusión química”, no hay peligro real, todo es sentido por efectos químicos. También, es importante tener en cuenta que por lo general, el primer ataque de pánico es el que realmente sucede solo, los demás, son generados gracias a que tú contribuyes a ellos sin querer, porque quedas programado para volver a tomar el camino del pánico.
¿Pero, qué es lo que hace que surjan los ataques de pánico?
Evidentemente, un mal funcionamiento del centro de miedo en el cerebro. Este se activa y comienza a mandar señales falsas. Pero, ¿por qué se activa de repente y sin una causa real? Por un mal funcionamiento que puede deberse a varias causas, entre las que están, según los expertos, el estrés, bajo umbral de excitabilidad del sistema límbico o simpático (estos sistemas se vuelve muy sensibles y se activan rápido), problemas bioquímicos en esas zonas del cerebro, como hipersensibilidad de los quimiorreceptores del dióxido de carbono. Otra causa también puede ser de aspecto psicológico, como por ejemplo, una infancia donde se creó una personalidad dependiente y miedosa. Lo peor de esto, es que cuando surge el primer ataque, se crea un circuito que hace que se instale el miedo como si se instalara un programa en una computadora, tendiéndose a repetir fácilmente y de manera frecuente. Sucede una programación negativa, porque la mente siempre funciona por asociación.
¿Cómo se soluciona el problema?
Si las emociones influyen en los razonamientos, y los razonamientos en las emociones, una solución sería instalar pensamientos y razonamientos que contrarresten el miedo o rompan el circuito instalado, pero esto no es fácil ni mágico, requiere un proceso.
Otra solución, que creo que es por la optan psiquiatras, es contrarrestar ese mal funcionamiento manipulando los elementos químicos que intervienen en este proceso por medio de medicamentos.
Una posibilidad más, es que me he dado cuenta que una emoción más fuerte puede sobreponerse a otra emoción, y una emoción que puede estar sobre el miedo, es la ira. Por eso cuando dos personas están airados para pelearse, pierden el miedo. Pueden ver un video donde se apoya esto, haciendo clic AQUÍ
Para no alargar mucho este artículo, mejor mira el siguiente video:
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
Marcos al leerlo lo asocie mucho con el miedo que siento al hablar en publico…es muy dificil para mi hacerlo y eso que me preparo mucho para una exposición ..voy relajada ..pero cuando paso al frente se desata un miedo terrible me tiemblan manos piernas, me pongo roja, sudo …es horrible. y eso afectado mucho en mi estudio.
Si al igual que Diana me pasa lo mismo, pero sobre todo cuando tengo que hablar con mujeres, de hecho cuando en un salón hay solo hombres me siento mas agusto que cuando hay mujeres. Y también me ruboriso mas por saber que estoy ruborizado, aunque racionalmente sepa que no debo estar avergonzado, no puedo evitar facilmente los efectos fisicos. Ir al sicologo ayudo pero no del todo. Ahora lo que trato es de ignorar la situación.
Y luego no falta la tipica persona que te señala, logrando solo con esto empeorar tu situación.