Cuando nacemos, estamos totalmente indefensos, con la mente limpia y como hoja en blanco, la cual nos van llenando sin poder nosotros dar permiso, sin poder filtrar nada. Nuestros padres pasaron el mismo proceso, por lo que escribirán en nuestra mente, junto con maestros, parientes, amigos y circunstancias, los parámetros de valor personal, según lo que la sociedad considera. Y allá es donde se comienza a construir la autoestima, la cual será la base del éxito.

Aprendemos que las personas que estudian “son alguien” en la vida,  que las personas bellas “se valoran más”, que los inteligentes “valen más”, y que los ricos “valen muchísimo más”. Aprendemos quivocadamente que la belleza, el dinero y la inteligencia, es lo que hace que las personas tengan más valor, y cuando tú tienes menos belleza, menos dinero o menos inteligencia, entonces piensas que eres menos.

Todo sucede sin darte cuenta, porque lo que vamos aprendiendo se vuelven creencias, y éstas, determinan nuestra conducta, e incluso, lo que sentimos en relación a otros. Lo que tú crees, hará que pienses y sientas de determinada manera. Y si, por ejemplo, crees que una persona bella vale más, y tú no tienes tanta belleza, pensarás que vales menos, y que por lo tanto, eres inferior.

Todos sentimos según lo que percibimos, y percibimos según lo que creemos. Por ejemplo: si tú crees que una serpiente es peligrosa y ves frente a ti a una, tú percibirás peligro, y eso hará que sientas miedo. Entonces, sentiste miedo porque percibiste peligro, y percibiste peligro porque crees que la serpiente es peligrosa y entonces correrás. En el caso del problema de baja autoestima, el mecanismo es similar. Por ejemplo, si te sientes inferior ante una persona con más dinero que tú, es porque percibes a esa persona superior, y si la percibes superior, es porque crees equivocadamente que una persona con más dinero vale más que una que tiene menos. Este proceso aplica a cualquier otro sentimiento de inferioridad.

Si te das cuenta, el problema principal reside en tus creencias. Si tienes baja autoestima, es porque tienes creencias equivocadas, porque estás mal enfocado.

Tener una buena autoestima es sumamente importante para que puedas desarrollar tu vida adecuadamente, es importante para que puedas disfrutar tu existencia. Cuando una persona tiene baja autoestima, por lo general no logra sus metas, ni experimenta éxitos, ni disfruta como debe ser de su familia o pareja.

Persona con baja autoestima

Estas individuos por lo general se sienten tristes fácilmente, se sienten fracasados, se sienten inferiores, se autocritican, tienen pensamientos negativos de sí mismo. Creen que ellos no nacieron para el éxito, y es tanto que lo creen, que cuando algo en la vida les sale bien, no creen merecerlo.

La mayoría de ellos se autoderrotan antes de intentar lograr algo, casi siempre dicen que no pueden. Como por ejemplo: un hombre feo con baja autoestima, ante una mujer bella pensaría: esa mujer es muy hermosa para mí, no me corresponderá, no es para mí, soy muy feo para ella. Así piensan las personas con baja autoestima. Se autoderrotan, creen que no se merecen lo mejor, se consideran inferiores.

Pero, la verdad, es que son así porque tienen un enfoque incorrecto de la relación que hay entre autoestima, belleza física, dinero, inteligencia y poder. Los que tienen baja autoestima se sienten mal, menos, o inferiores si las cosas marchan mal, y si las corchas marchan bien, también tienden a sentirse así, porque piensan que no lo merecen y que algo extraño está pasando.

Si tú eres de este tipo de personas, no te preocupes, que hoy estás en el sitio adecuado para convertirte en la persona de alto valor que deberías ser.

Personas con autoestima mediocre

Estos individuos tienen una autoestima vulnerable, inestable y muy variable. Podríamos decir que están en el punto medio entre la baja autoestima y la autoestima falsa. Cuando las cosas marchan mal, se sienten desvalorados; cuando no logran algo, se siente inferiores; cuando otras personas tienen éxito y ellos no, sienten envidia.

Pero, cuando las cosas marchan bien y cuando logran lo que se proponen, entonces se sienten con alta autoestima. A veces se sienten de alto valor y a veces de bajo valor. Tampoco tienen el enfoque correcto y permiten que las cosas o situaciones externas a su persona afecta gravemente su autoestima.

A diferencia de los que la tienen baja, cuando logran las cosas que se proponen no creen que no lo merecen, sino que piensa simplemente que lo han logrado y quedan muy felices; pero, cuando no lo logran, entonces se sienten fracasados, frustrados, con baja autoestima.

Personas con alta autoestima falsa

Estos individuos son personas que aparentemente tiene una autoestima correcta. Se siente grandes, exitosos, poderosos, e incluso a veces superiores. Por lo general, son gente que tienen belleza física, dinero, inteligencia o poder.

Ellos, sienten que tienen una autoestima alta y firme porque se sienten respaldados por su belleza, dinero, inteligencia o poder. Muchos no están conscientes de esto, pero, la realidad, es que se sienten con valor por lo que poseen. Es decir, se siente con alta autoestima porque poseen belleza, dinero, inteligencia o poder, pero, al estar fundamentada su autoestima en estas cosas, el día en que desaparezca su belleza, su dinero, su inteligencia o su poder, su autoestima se desvancerá inmediatamente, porque ya no estarán las cosas en los que ellos creían tener su valor como personas.

Por eso son de autoestima falsa, porque no es que tengan un alto valor de sí mismos, sino que tienen cosas o características de alto valor que hacen que falsamente tengan autoestima. Muchas veces, este tipo de personas se pasan la vida preocupados por mantener su belleza, su dinero, su inteligencia y su poder.

Personas con alta y verdadera autoestima

Estos individuos son muy escasos, ya que por lo general, y sobre todo por la falta de educación respecto a la autoestima. La mayoría de las personas se ubican en las tres clasificaciones anteriores. Una persona que tiene alta y verdadera autoestima, es una persona que se ama así misma, que se quiere, que se valora, que se siente importante, grande, útil, poderosa, sin importar si es fea o bella; sin importar si es rica o pobre; sin importar si es inteligente o tonta; sin importar si es impotente o poderosa.

Ellos se sienten de alto valor simple y sencillamente por existir. No necesitan tener belleza física, ni tener dinero, ni inteligencia, ni poder. No importan si las cosas marchan bien o marchan mal, ellos, siempre se siente de alto valor. Son personas que siempre están felices consigo mismas, que se disfrutan su vida. Y, por lo general, debido a su autoestima alta y verdadera, casi siempre logran lo que se proponen.

Ellos creen que se merecen lo mejor de la vida, pero están seguros que nada necesitan. Así, ya sea que tengan belleza, dinero, inteligencia o poder, o no lo tengan, siempre se sienten de alto valor. No les importa que la gente los critique, ni necesitan aprobación de otras personas, ni se sienten desvalorados si no logran lo que se proponen. Este tipo de personas disfrutan su vida, porque a pesar de que están convencidos de merecerse lo mejor, no se desvaloran si no logran conseguirlo.

Esos son los cuatro tipos de personas según su autoestima. Lo ideal es tener una autoestima alta y verdadera, pero las creencias erróneas que tenemos nos lo impiden.

Por eso es importante analizar las creencias que nos han implantado para calibrar bien la autoestima y entonces sentirnos valiosos, capaces y seguros de sí mismo. 

La autoestima es como un escudo que te protege de las ofensas, pero igual es como un motor que te impulsa hacia adelante. También es como un traje que te impulsa hacia arriba y adelante, que te hace sentir motivado, que hace que sientas ligereza; la autoestima es como un sistema que te da autocontrol, dominio y la capacidad de establecer el mando en tu ambiente, en los que te rodean y en tu vida en general.

Una autoestima incorrecta, te puede hacer experimentar algo de lo siguiente:

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