Hace unos años, cuando una de mis hermanas menores decidió encontrar un empleo, tomó el periódico para ver los anuncios clasificados y encontró uno que le interesó. Ella tenía aproximadamente 18 años y platicamos lo siguiente:
Ella.- Marca a este número telefónico y pregunta por el trabajo
Yo.- ¿Por qué voy a preguntar yo, si la que quiere trabajar eres tú?
Ella.- Es que me da pena
Yo.- Si te da pena hablar y preguntar por teléfono, cuando no te ven, ¿cómo vas a presentarte en persona?
Ella.- No sé, ya veré cómo; pero habla y pregunta por favor
Evidentemente mi hermana era muy tímida. Ella era una persona que hablaba muy despacio, le costaba trabajo expresarse y era muy manipulable. Casi siempre terminaba haciendo lo que lo pedíamos sin poner resistencia, aun cuando ella no quería hacerlo.
Los tímidos a veces sufren burlas
También recuerdo que en la escuela primaria, cuando tenía yo como 7 años, a un niño le dolía el oído. Él le dijo a su compañero: “dile a la maestra que me siento mal, me duele el oído”. Tenía miedo decírselo él mismo a la maestra, era tímido. El compañero le dijo a la maestra: “maestra, fulanito se siente mal, le duele el oído”. La maestra un poco enojada respondió: “¿y por qué no lo dice él?, ¿no tiene boca?”
A través de mi vida he visto mucha gente tímida, y además del problema de la timidez, otro que tienen que estar aguantando, es la burla de la gente. Por ejemplo, en el caso anterior, cuando la maestra preguntó por qué Fulanito no decía que le dolía el oído, que si acaso no tenía boca, me imagino que ese comentario de la boca habrá hecho sentir mal a aquél niño.
Características de los tímidos
Una de las características que he encontrado en las personas tímidas, es que casi siempre hablan muy bajo y despacio. Cuesta trabajo escucharlos. En el salón de clases, cuando los tímidos leían, siempre los maestros les decían que hablaran fuerte. Ese es uno de los síntomas principales y más notorios. Otra cosa que les pasa, es que casi no miran a los ojos cuando platican con alguien. Desvían mucho la mirada y les cuesta mantener la cara elevada y directa hacia el interlocutor. Como que tratan de esconderse. Es como si no les gustara que los vieran. Además, también les cuesta trabajo expresarse. Tal vez tengan muchas ideas dentro de su cabeza, pero no las dicen. Piensan mucho dentro de di sí, pero parecen no ser capaces de hablar y expresar lo que quieren decir. Y si tenemos en cuenta todo esto, obviamente les da temor hablar en público. Imagínate, si hablan despacio, no pueden sostener la mirada, y si les da miedo a expresarse, es normal que sientan un gran temor al hablar en público, debido a que allí tienen que hablar fuerte, mantener la mirada y expresar lo que quieren exponer. Hace como dos meses, fui a una reunión y vi un caso muy interesante. Éramos un grupo como de 25 personas, y una de ellas, que era el líder del grupo, pasó al frente a hablar sobre un tema. Habló casi 40 minutos. La verdad, a pesar de que hablaba por micrófono, parecía que hablaba fuerte. Se expresaba bien, no tartamudeaba ni se trababa. Pero, no podía sostener la mirada directa hacia la gente. Siempre estaba viendo hacia abajo, o hacia los lados. Era increíble, parecía que estaba hablando con el piso. Nunca había visto un caso así. Parecía una persona tímida, pero, que al menos, había superado varias cosas. Solo le faltaba poder mantener la mirada hacia al frente.
Las causas de la timidez
Después analizar muy bien los casos anteriores, sabemos que lo que origina la timidez son algunas cosas que, afortunadamente, pueden componerse. El principal temor irracional de los tímidos es pasar vergüenza y sentirse no aprobados por las personas. Tienen miedo que las personas piensen de ellos mal, que crean que son feos, tontos, torpes, etc. Desgraciadamente, este temor irracional les hace actuar para parecer que son así. Los tímidos tienen miedo pasar vergüenza si cometen un error. Si hablan con alguien del sexo opuesto creen que serán rechazados. En pocas palabras, a ellos les importa demasiado lo que dirán los demás. Le dan demasiada importancia a lo que la gente pueda pensar de ellos. Les importa la aprobación de otros, y siempre creen que no serán aprobados. Por eso es que hablan despacio, por eso es que casi no miran a los ojos, por eso es que les cuesta trabajo expresarse. Ellos evitan interactuar con personas para evitar pasar todas esas incomodidades, casi siempre están quietos y callados. Como que no quieren ser vistos. En pocas palabras, los principales problemas de los tímidos son dos:
1.- Se sienten poca cosa. Se sienten inferiores. Son inseguros, se creen poco capaces.
2.- Les importa mucho lo que los demás opinen de ellos. Tienen miedo a ser humillados, burlados o ignorados
Consejos para dejar de ser tímido
Después de saber cuáles son básicamente las causas de la timidez, para vencerla, hay que eliminar esas causas. Así que, ahora te daré unos consejos que te pueden servir mucho para dejar de ser tan tímido:
- Tienes que tener en claro, que en este planeta, no eres inferior a nadie. Tienes que tener la creencia firme, de que aun cuando seas feo, pobre, poco inteligente o lo negativo que quieras, eso no quiere decir que seas una persona inferior. Aquí, el hecho que una persona sea más bella que tú, no quiere decir que sea mejor que tú. El hecho que una persona tenga más dinero que tú, o más inteligencia, no quiere decir que sea superior a ti. Tú tienes que sentirte valioso, seguro, dominante, capaz, audaz, fuerte, poderoso, hábil. No importa con quien estés hablando.
- Tienes que entender que las personas por sí mismas no pueden hacerte sentir vergüenza. Eres tú mismo el que siente vergüenza porque le das validez a sus palabras. Si una persona te burla, ríete, porque las palabras no hacen ningún efecto, al menos que tú permitas que te ofendan.
- Algo muy efectivo es aprender a reírte de ti mismo. O sea, no le des importancia a las cosas que puedan decir de ti. Toma todo con sentido de humor y ríete de ti mismo. Esto te dará más seguridad y hará que las personas no te burlen, porque verán que sus burlas serán inútiles. Por ejemplo, si alguien te dice que estás muy chaparro, dile que te gusta estar así porque de esa manera puedes pasar bajo las puertas, luego ríete. O sea, tomar eso con sentido de humor y usa el sarcasmo. Cuando eres capaz de usar el sentido del humor en “tu propia contra”, cuando alguien se burla de ti, y solo en estos casos, porque tampoco se trata de estarte burlando, lo que logras es frustrar el objetivo del que te ataca. Porque, en vez de que te molestes, te diviertes con su comentario. Ellos, cuando te dicen algo para ofenderte, lo hacen con la intención de hacerte sentir mal, pero, si en vez de eso te ríes y te diviertes, ya frustraste su objetivo. Esto hará que eviten burlarse de ti, y que tú te sientas mal
- Tú tienes el derecho de opinar cuanta cosa se te pase por la cabeza. Habla con seguridad, di lo que quieres decir, qué te importa lo que los demás opinen. Si alguien no está de acuerdo con lo que dices u opinas, que se vaya por otro lado para no escucharte. No tienes que decir las cosas para agradar a los demás, no te tienes que sentirte avergonzado, ni ignorado. Tú habla por el placer de hablar y por ejercer el derecho que tienes de expresarte, sin importar lo que los demás digan. Si dices algo y alguien se ríe, ríete tú también. No tengas miedo de que alguien no esté de acuerdo con lo que tú dices. No necesitas la validación de nadie, no necesitas agradarle a nadie, no necesitas decir sólo lo que los demás quieren escuchar
- Habla más fuerte. Imagina que le estás hablando a una persona que está a 6 metros de ti. No tengas miedo a que la otra persona crea que tu voz está fea. Qué importa si esta fea o no tu voz, qué importa si le gusta al que te escucha o no. Si no le gusta, pues que se pierda el privilegio de escucharte hablar
- Mantén tu postura derecha, tu mirada en alto y mira directamente a los ojos. No dejes que nadie te intimide. Imagina que tu vista tiene el poder de hipnotizarlos, esto te dará más seguridad para verlos. Imagina que tu vista es poderosa, tú no tienes por qué bajar la mirada
- Un amigo me dijo una vez: “cuando voy a decirle a una chica que me gusta, me da miedo lo que me responda, me da miedo que me rechace. Entonces, lo que hago, me convierto en actor. Cuando le digo lo que siento, imagino que estoy actuando, que no es real, y al hacerlo así, pierdo todo miedo al rechazo, porque, es como si todo fuera una simple actuación” De la misma manera, haz de cuenta que la vida es un ensayo de obra de teatro. No le des demasiada importancia a las cosas. No le des importancia a lo que la gente va a pensar de ti. No importa, lo que importa es lo que tú piensas de ti mismo, no lo que piensan los demás. Si ellos piensan negativamente de ti, su opinión es un cero a la izquierda. Aquí, lo único que tiene validez, es lo que tú crees de ti mismo. Tienes que pensar que eres un ser muy valioso, que eres capaz, aun cuando los demás no te aprueben
- No exageres las cosas. Las personas no son jueces que están al pendiente de lo que dirás, de cómo estás vestido, de lo que piensas, de lo cómo te mueves. Los tímidos siempre exageran eso, creen que las personas tienen el tiempo y la misión de estarlos analizando en cada movimiento y palabra, como si alguien les estuviera pagando por eso, para ver dónde cometerán errores. Eso no es así, ellos no tienen tiempo para estar esforzándose en analizar tu vida
- Tómale gusto a la gente. Imagina cada persona como una isla por conquistar. Cada persona es un mundo nuevo y mágico por conocer. Cada persona tiene una forma de pensar diferente que es muy interesante de analizar. Invierte las cosas. Si crees que ellos te están analizando constantemente, comienza tú a analizarlos. Diviértete descubriendo sus pensamientos, su forma de expresarse, su forma de comunicarse, su forma de moverse. La gente es algo maravilloso que nos aporta mucho aprendizaje. Las personas son mundos desconocidos interesantes y a veces misteriosos que valen la pena descubrir. Tómale gusto a la gente, invierte las cosas, analízalos tú, obsérvalos tú, trata de ser su líder, que ellos te sigan a ti.
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
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