El otro día iba por la calle en el coche con unas amigas y la mamá de ellas, y a lo lejos vimos a una mujer delgada con una ropa muy juvenil y con una gorra en la cabeza. La mamá de mis amigas me estaba dando indicaciones para saber dónde doblar, ya que íbamos a un lugar donde yo no sabía llegar. La señora dijo lo siguiente: “dobla a la derecha, donde está parada la muchacha”. Al llegar a la esquina la mujer no era una muchacha, era una señora de aproximadamente 50 años, pero con una cuerpo muy bien cuidado y una vestimenta juvenil. Cuando nos dimos cuenta de todo esto, la señora dijo en tono discriminante: “no es una muchacha, es una viejita, que desilusión jaja”. Y eso que esta señora que habló, parece ser mayor. Las hijas de ella le dijeron que no debería expresarse así.
Hay que llamar a las personas por su nombre, no por su edad
Pero, esta no es la única vez que he escuchado que la gente se expresa en ese tono de la gente mayor. Por ejemplo, una vez le di clases de cómputo a un señor de aproximadamente 80 años, y un amigo me preguntaba: “¿va a venir el viejito hoy para que le des clases?”. Yo siempre me pregunté, ¿por qué le llama viejito y no por su nombre si sabe cómo se llama? Yo creo que las personas tienen un nombre para ser llamadas por él, no deberían ser llamadas por su edad. Cuando yo era niño y me llamaban diciéndome niño, no me gustaba, prefería que me hablaran por mi nombre, y sentía que cuando me decían niño me consideraban inferior a ellos. Así muchos les llaman a las personas por la palabra niño, muchacho, joven, señor o viejito. ¿Por qué? Si las personas tienen nombre, creo que no hay necesidad de llamarlas por su edad.
Nunca hay que discriminar ni hacer menos a los mayores
Pero, lo peor no es nombrarlos de esa manera, lo peor es que hay personas que ven a la gente mucho mayor como personas que ya no sirven tanto, las discriminan y creen que son inferiores simplemente por tener mucha edad y un cuerpo cansado. De la misma manera, a muchas personas no les gusta decir cuántos años tienen, porque se sienten menos. ¿Por qué? ¿Qué importa la edad? Es cierto que el cuerpo se va desgastando conforme pasan los años, pero, en esencia, las personas somos independientes al cuerpo que poseemos, de la misma manera que somos independientes al automóvil que tenemos, por eso yo siempre digo que no soy mi cuerpo, ni mi coche.
Un cuerpo desgastado no hace inferior a nadie
Una vez, unos amigos míos, una mujer de casi 30 años, y un hombre de casi 50, tuvieron un conflicto entre sí, y la mujer decía que ese señor no debía meterse con una jovencita. Esto lo decía discriminantemente, como si ella fuera una adolescente que nunca llegaría a los 50 y como si el otro nunca hubiera vivido la edad de ella. Se me hace algo tonto que las personas jóvenes vean a los más grandes de edad como personas inferiores o en desventaja ante la vida, se me hace tonto que una persona joven se crea mejor y superior a una persona muy grande.
Para evitar estas cosas, creo que tanto los mayores, como los menores, deben entender varios puntos respecto al cuerpo y la edad:
- No existe una sola persona que sea eternamente joven, todos, absolutamente todos, tenemos un cuerpo que envejece conforme pasa el tiempo, así que, no hay nadie que pueda burlarse de los que están envejeciendo como si él permaneciera en una edad fija a través de los años.
- El que envejece es el cuerpo, no la persona. Es cierto que conforme vamos creciendo vamos pensando de manera diferente, pero eso es porque nuestro cerebro igual va creciendo, y en este mundo terrenal pensamos y actuamos en parte según el cerebro que tenemos. Pero, nosotros no envejecemos, envejece nuestro cuerpo. Realmente, esencialmente nosotros como personas no somos nuestro cuerpo, sino que habitamos un cuerpo que envejece.
- Es cierto que lo más jóvenes tienen ventajas físicas sobre los menos jóvenes, pero hay que tener muy en cuenta algo. El que es mayor ya vivió lo que vive el menor, y ahora está viviendo una edad que el menor no sabe si vivirá. Por ejemplo, uno de 40 años ya llegó a esa edad, en cambio el de 20 ni siquiera sabe si llegará. De la misma manera, el que vive el año 40 ya vivió el año 20, pero el que vive el año 20 tal vez no viva el año 40, por lo tanto, el mayor, que ya vivió más que el menor, tiene una gran ventaja. El menor no puede presumir de condiciones o una edad que el mayor no tiene ahora, porque el mayor también pasó por las condiciones físicas y la edad cuando fue menor. Entonces, si un joven le dice discriminantemente “viejo” a uno mayor, ese joven debe tener en cuenta que ese viejo también fue joven, y ya llegó a la vejez, cuando el joven ni sabe si llegará
- A lo largo de mi vida he observado dos tipos de personas: las que al irse haciendo más grandes se vuelven amargadas y aburridas, y las que a pesar de ir creciendo mantienen su alegría, su optimismo y buen humor. Muchas personas creen que por ser de edad avanzada ya no tienen derecho de ser alegres, de sonreír y disfrutar la vida como cuando eran más jóvenes. La capacidad de disfrutar la vida no tiene por qué verse mermada por la edad. La realidad que percibimos depende de la percepción que tenemos, así que hay que ser optimistas, ser alegres y disfrutar la vida al máximo, sin importar la edad.
- También he observado a personas mayores, tanto hombres como mujeres, que al estar al lado de alguien menor, se sienten menos, o como que se “agachan”, pensando que por tener más edad son inferiores a los más jóvenes. Esto no debe ser así, toda persona, sin importar la edad, ni las arrugas, ni los achaques, tiene siempre que valorarse, mantener una autoestima correcta y sentirse de alto valor sin importar frente a quién esté, ni en qué situación se encuentre.
- Muchas personas ya no quieren cumplir años. Hace unos días platicaba con una amiga que cumplirá 23 y me dijo que ya no quiere crecer. En una ocasión platicaba con una amiga y me decía que no se podía imaginar de 40 o 50 años. La aterrorizaba la idea de llegar a esa edad, si es que no moría antes. ¿Por qué aterrorizarnos? Entiendo que todos quisiéramos ser jóvenes por siempre, pero hay que entender que la vida es así, que el cuerpo cumple un ciclo en el que tarde o temprano morirá. Hagamos a un lado al temor a la vejez y vivamos la vida disfrutando cada día que pasa.
- Hay que recordar que todas las etapas de la vida tiene cosas buenas, todas las edades tienen cosas que podemos disfrutar. Tal vez un anciano ya no podrá correr bajo la lluvia como lo hace un niño, y tampoco un niño pueda manejar un automóvil mientras escucha música como lo hace un joven, pero cada uno tiene en su propia etapa cosas qué disfrutar. Siempre hay que concentrarnos en las cosas buenas que tenemos, no en las que no tenemos. Cada etapa del ser humano está rodeada de cosas buenas, así, los niños tienen sus propias situaciones de gozo, como los adolescentes, los jóvenes, los adultos y los ancianos.
Y ya para concluir, quiero decir dos cosas:
1.- Nunca hay que considerar inferiores a los mayores, ni tampoco a los menores, hay que tratarlos como personas que en esencia valen igual que nosotros mismos.
2.- Hay que disfrutar la vida sin importar la edad ni los efectos de la misma en nuestro cuerpo, porque el que envejece es el cuerpo, no nosotros
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
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