Un amigo estaba buscando trabajo, fue a varios lugares y siempre le decían que luego le llamaban, pero nunca lo hacían. Él comenzó a estudiar la universidad pero no la terminó, se quedó a la mitad. Estaba estudiando ingeniería, y a pesar de que no terminó sus estudios por problemas económicos, sabe mucho sobre ingeniería industrial y otros temas. Es una persona muy inteligente, y cuando quiere saber algo lo investiga. Tiene amplios conocimientos, no sólo en su área, sino también en otras.
La prepotencia puede generar enemistad
Después de estar buscando, al fin le dieron uno en una gran empresa, y la verdad, era una esclavitud ese trabajo. Le pagaban muy poco y tenía que estar trabajando sin parar. Y para colmo, el ingeniero que estaba a cargo de su área, era una persona que por ser el jefe se creía un “semidiós”. Era prepotente y parecía que para él todos los empleados eran inferiores. Cuando esta persona entrevistó a mi amigo y quiso tratarlo de una manera prepotente, mi amigo demostró que no era una persona que se sentía inferior y que no le intimidaba nadie que tenga un puesto superior. Además, al ser interrogado con preguntas difíciles por el mencionado jefe, mi amigo supo responder todo, e incluso, abundó más en el tema, de tal manera que el jefe se dio cuenta que no estaba hablando con una persona que se intimidaba, ni mucho menos con una persona ignorante. Mi amigo, en el diálogo con el jefe entrevistador, nunca demostró sentirse inferior ni intimidado, por lo contario, demostraba estar al mismo nivel que el entrevistador. Esto podría ser bueno para quien lo entrevistaba, porque percibía que estaba ante un potencial empleado, capaz y con mucho conocimiento, pero también esto podría ser malo para el entrevistador, porque podría sentirse menos o envidioso al estar con un potencial empleado que no se intimida y que no es ignorante.
Algunas personas abusan de su autoridad
Mi amigo fue contratado, el feje casi no entraba en contacto con él, porque su superior inmediato era otro. Pasaron unos cuantos días y mi amigo se cambió de empleo, pues consiguió uno en el que a pesar de que era muy poco lo que le pagaban, era más que lo que ganaba en el primero. En su nuevo empleo también había un jefe que se creía “semidiós”, y no sólo eso, sino que le gustaba humillar a los empleados regañándolos a insultos. Al principio todo parecía normal, pero los que ya estaban laborando allí comentaban que al jefe le decían “diablo”, porque era muy malo con los empleados, sobre todo, con los supervisores, porque ellos eran quienes estaban en la parte intermedia, o sea, eran quienes tenían que ver que los obreros trabajen bien y dar cuentas al jefe sobre el trabajo de aquellos. Pero mi amigo es una persona que piensa que no por tener un puesto menor, tiene que aguantar insultos y humillaciones del jefe, así que estaba dispuesto a ponerse al “tú por tú” con el “diablo”.
Tu inteligencia y conocimiento puede hacer que otros te vean con envidia
Los días fueron pasando, y el jefe, apodado “el diablo”, comenzó a darse cuenta, cuando capacitaba a los nuevos empleados, que mi amigo respondía todo lo que preguntaba, que mi amigo dominaba mucho la ingeniería y que leía demasiado. Incluso, mi amigo llegó a hablar delante de todos, cosas sobre ingeniería que ni el mismo feje sabía. Pero, como “el diablo” es una persona arrogante, prepotente y ególatra, parecía no estar muy de acuerdo en tener a una persona que podría sobrepasarlo en conocimiento, así que comenzó a mirar a mi amigo como un “peligro” para su autoridad. El jefe notaba que mi amigo no era el empleado que se deja pisotear por el jefe. Esto parecía hacer nacer en el jefe una actitud muy negativa ante mi amigo, sobre todo, porque él manipulaba en cierta manera a los demás empleados, pero a mi amigo no. Por lo contario, éste, les explicaba a los otros empleados que el jefe usaba ciertas técnicas las cuales ellos no percibían.
Cuando mi amigo me platicaba todo esto, sobre todo, lo de su segundo empleo, notábamos una situación muy interesante. Presta mucha atención, y recuerda muy bien lo que has leído hasta ahora sobre la actitud de los jefes prepotentes y la de mi amigo. Podemos darnos cuenta de dos cosas muy notables y elementales:
1.- Los jefes de los ejemplos anteriores, sobre todo, el del segundo, son personas que por tener un empleo de autoridad se creen “semidioses” y con derecho de humillar, pisotear y hacer sentir inferiores a los empleados debajo de ellos.
2.- Mi amigo no es una persona que NO se cree inferior, ni mucho menos es una persona que se deja pisotear por un jefe prepotente con exceso de ego y narcisista.
Opciones para actuar ante alguien que tiene más inteligencia o conocimientos que tú
Ahora, tomando en cuenta lo anterior, aquí hay dos actitudes que puede tomar el jefe respecto a mi amigo como empleado:
1.- O lo ve como un peligro, como una tope al abuso de la autoridad, como un estorbo a la prepotencia, como un líder que puede influir en el resto de los empleados para abrirles los ojos, como una persona a quien envidiar porque tiene mucho conocimiento y buena autoestima, y entonces lo trata mal o hace lo posible para sacarlo de la empresa.
2.- O ve a mi amigo como una persona excelente, con un buen desempeño, como un empleado del cual se puede aprender y que puede aportar mucho a la empresa, y hace que se convierta en su amigo.
Si puedes, no derrotes a tu enemigo, conviértelo en tu amigo
En pocas palabras, solo hay dos opciones, o derrotas al enemigo, o haces que se convierta en tu amigo. La verdad, es que es mucho mejor hacer que un enemigo se convierta en tu amigo, que vencerlo. Sin embargo, a pesar de que esto es tan fácil de entender, no todas las personas tienen la suficiente inteligencia, ni la humildad, para optar por la opción dos. En el caso del jefe apodado el diablo, parece ser que él no entiende esto, y que por lo contario, comienza a empeñarse a molestar a mi amigo, a punto de “declararle la guerra”. ¿Por qué hacer guerra, por qué tener enemistades, si de esa manera ambas partes sufren en cierta manera, cuando ambos pueden ser buenos amigos y llevar la vida más feliz? El orgullo, el egocentrismo y la arrogancia, muchas veces perjudican tanto a las personas que no les permiten ver la mejor opción.
Ahora, esto mismo podemos aplicarlo del otro lado, o sea, mi amigo también puede optar por una de estas dos cosas:
1.- O se pone en contra del jefe para hacerle entender que no por ser un empleado se va a dejar pisotear, y “le declara la guerra”.
2.- O sea hace amigo del jefe para llevar “la fiesta en paz”, y hasta para salir beneficiado en ese empelo.
La mejor opción, tanto para el jefe, como para el empleado, es la segunda; sin embargo, del lado del empleado podría percibirse esto como hipocresía o como lambisconería, o como un acuerdo ante la injusticia que comete “el diablo”. Sin embargo, para que no sean todas estas cosas reales, debe haber alguna manera de hacer amistad sin apoyar la injusticia y sin ser un lambiscón e hipócrita.
En conclusión, no cabe duda que es mejor hacer que tu enemigo se convierta en tu amigo, que derrotarlo, aunque no siempre se pueda. ¿Ustedes qué opinan?
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Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
Consejos prácticos para hacer de un jefe como el “diablo” tu amigo?