¿Alguna te vez te has preguntado si realmente la gente actual es más feliz que la gente de hace 3,000 años? ¿Tú crees que ahora por tener coches, aviones, teléfonos móviles, computadoras, Ipads, etc., realmente somos más felices cuando todo eso no existía? Yo siempre me he preguntado algo: ahora, muchos partos no pueden ser normales, tienen que ser cesáreas, ¿cómo le hacían antes cuando no había la tecnología ni los conocimientos necesarios para llevar a cabo una cesárea? ¿A caso todas esas mujeres morían por no poder dar a luz normalmente? Mi mamá, quien vivió en un pueblo, me cuenta que hace años, todas las mujeres daban a luz normalmente. En el pueblo no había hospitales. Pero, ahora que ese pueblo ya está más desarrollado, resulta que las mujeres no pueden siempre dar a luz de manera natural, ahora sí requieren los servicios hospitalarios para una cesárea. ¿Será casualidad que ahora que ya tienen las posibilidades de una cesárea, también les surgió la necesidad? También me he preguntado otra cosa entre las muchas preguntas que me he hecho: si hace años no existían pastas dentales, ¿cómo le hacían para mantener los dientes limpios y libres de caries? Y si se les picaba una muela y era necesaria quitarla porque les causaba dolor, ¿cómo le hacían si no había odontólogos y ni siquiera anestesia? ¿Será que ellos eran tan infelices? ¿Será que toda esa gente de años atrás, era tan infeliz por no tener coche, teléfonos móviles, computadoras, etc.? ¿Serán que ellos tenían que sufrir tanto por no haber los conocimientos médicos como los de ahora? ¿Será que ellos tenían una vida muy difícil por no haber hospitales? ¿Realmente ellos estaban siempre aburridos porque no había televisión ni cine?
Los soluciones y los problemas avanzan de manera similar
Si analizas bien las cosas, te darás cuenta que todo avanza proporcionalmente, de tal manera que el estado general de satisfacción con la vida sigue siendo igual. Por ejemplo, médicamente la humanidad ha avanzado mucho, pero también los virus y bacterias se han hecho más resistentes. También han surgido nuevas enfermedades. Hace muchos años no había tanta tecnología, pero tampoco había SIDA. Además, la gente ya estaba acostumbrada a vivir como era antes, de la misma manera a como nosotros ya estamos acostumbrados a vivir como es ahora. Si tú viajaras por el tiempo y vivieras como ellos vivían, te aseguro que te sentirías infeliz, pero la gente de esa época no, porque, afortunadamente, y también por otra parte, desafortunadamente, a todo nos acostumbramos. Sigamos analizando. Actualmente existen automóviles, pero las necesidades de recorrer más distancias también se han acrecentado. Yo creo que actualmente uno se siente igualmente satisfecho cuando viaja en coche, que los de que viajaban a pie o a caballo hace miles de años. Me imagino que la gente que se sube a su coche es igualmente feliz a la gente que miles de años atrás se subía a su caballo. ¿De qué sirve que haya coches si la felicidad sigue siendo igual a la de la gente que viajaba a caballo? Las cosas avanzan de la misma manera. O sea, se solucionan problemas, pero surgen otros nuevos. Antes no existían coches, pero tampoco accidentes automovilísticos, tampoco tenías que gastar en gasolina, tampoco tenías necesidad de viajar grandes distancias. Antes no existían hospitales como los de ahora, pero tampoco la gente parecía tener necesidad de estar internada. Ellos ya estaban acostumbrados a sus condiciones, y teóricamente, en sus propias condiciones, eran igualmente felices a como somos nosotros en las nuestras
La felicidad NO es proporcional
A veces pensamos equivocadamente que la felicidad es proporcional, o sea, que mientras más tengas, más feliz eres. La realidad no es así. En un futuro la gente tendrá coches mejores que los que ahora tenemos, pero, eso no quiere decir que ellos se sentirán más felices con sus coches sofisticados que nosotros con los nuestros. Por ejemplo, yo, tiempo atrás, cuando tenía como 12 años, era igualmente feliz con mi bicicleta a como lo soy ahora con mi coche. Si medimos la felicidad de 1 a 100, podría decirte, por ejemplo, que tenía 80 grados de felicidad con mi bicicleta, y ahora también tengo 80 grados de felicidad con mi coche. O sea, que el hecho de tener un coche no me ha hecho más feliz que antes. Por ejemplo, un niño pobre es igualmente feliz cenando una torta de jamón y queso, que un rico cenando el mejor platillo que hayan hecho sus cocineras. O sea, que un rico, por el hecho de tener mejor comida, realmente no es mucho más feliz que un pobre que no come lo mismo que él. Nosotros pensamos que sí, porque percibimos al rico desde la perspectiva del pobre. O sea, pensamos que el rico es tan feliz como el pobre lo sería con su comida. Pero realmente no es así, porque cada uno ya se acostumbró a comer lo que come. De la misma manera, un pobre es igualmente feliz andando en un Volkswagen Sedan, que un rico andando en un Lamborghini. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque el pobre ya se acostumbró andar en su Sedán y el rico en su Lamborghini. Y también podríamos decir que la emoción que el rico sintió al adquirir su un Lamborghini fue muy parecida a la emoción que sintió el pobre al adquirir su Sedán. A veces pensamos que hay gente más feliz que nosotros, simplemente porque tiene cosas mejores, pero realmente no es así. Un pobre tal vez sea muy feliz si en este momento le regalas un Lamborghini, pero un rico ya lo ve como normal. De la misma manera, un rico tal vez sea muy infeliz si de ahora en adelante tuviera que andar en un Sedán, pero el pobre ya lo ve normal. O peor aún, personas acostumbradas a andar en transporte público ya lo ven como algo normal, pero poner a andar así a un rico, será todo un sufrimiento. Aun cuando vivamos en la misma era, cada uno ya está acostumbrado a su estilo de vida, de tal manera que si medimos sus grados de felicidad, nos daremos cuenta que sus niveles son muy similares.
La felicidad cuesta cada vez más
Todo esto sucede debido a que la felicidad es como la inflación. En el caso de la economía, para comprar un mismo producto, conforme pasa el tiempo, necesitas más dinero. Por ejemplo, tú ahora puedes comprar un refresco con una determinada cantidad de dinero, pero, para comprar ese mismo refresco en cinco años, necesitarás más dinero. Y para comprarlo en diez años, necesitarás mucho más. Y así, conforme el tiempo pase, cada vez necesitarás más dinero para adquirir el mismo producto. Algo parecido sucede con la felicidad. Por ejemplo, para hacer feliz a una niño, hay que comprarle una bicicleta, pero cuando pasen unos años, para que él sienta la misma felicidad necesitará un coche, después de unos años más, para que él sienta la misma felicidad, necesitará un coche más caro, y así, conforme pase el tiempo, para que él tenga la misma felicidad necesitará cada vez un mejor coche. Hablando de manera general, podemos decir lo siguiente:
“Para tener una determinada felicidad hoy, necesitamos un determinado bien, pero, en el futuro, para tener la misma felicidad, necesitaremos un bien mejor”
Por eso la felicidad es como la inflación. La felicidad sigue siendo la misma, lo que va cambiando es lo que la genera. Por eso, los que antes andaban a caballo eran igual de felices que los que ahora andamos en coche. Por eso, loS que antes no tenían hospitales, eran igual de felices que los que ahora sí tenemos.
La felicidad es pasajera
Además de que la felicidad es como la inflación, también es pasajera. Eso se debe a que toda felicidad es generada en el cerebro, y el cerebro siempre trata de neutralizar todo sentimiento, ya sea positivo o negativo. Por eso si adquieres un auto nuevo hoy, serás muy feliz, pero en un año, ya serás igual de feliz a como eras cuando no lo tenías, porque te habrás acostumbrado. Por eso también podemos decir lo siguiente:
“El estado de felicidad que tienes cuando acabas de adquirir un bien, en un futuro será igual a como era antes de adquirirlo”
En otras palabras, podemos decir que todo bien te genera una felicidad que es pasajera, que irá mermando hasta regresar nuevamente al estado anterior, aun teniendo el mismo bien. Pero eso sí, tienes que mantener el bien, porque si lo pierdes, entonces sentirás infelicidad. Por ejemplo: tú adquieres un auto nuevo hoy, sentirás una gran felicidad. Pero, en un año, tu estado de felicidad será igual a como era antes de tener tal auto, aun teniéndolo. Ahora, tienes que mantenerte con el auto para tener tu felicidad estable, porque si te lo roban, o lo pierdes de alguna manera, entonces sentirás infelicidad.
Después de todo esto, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
- Las personas que tienen bienes materiales mejores que los que tenemos, realmente no son más felices que nosotros. Lo que sucede es que nosotros pensamos que sí lo son, y ese pensamiento nos genera una sensación de infelicidad inferior
- Las personas que vivimos en la era actual, realmente no somos más felices que los que vivieron en el pasado. Todo aumenta de manera proporcional y a todo nos acostumbramos
- El hecho que una persona tenga más dinero, no quiere decir que sea más feliz que nosotros. La felicidad que uno siente con 100,000 dólares en el banco, es similar a la que siente uno que tiene solo 1,000. Esto es debido a que cada uno ya se acostumbró a tener tales cantidades de dinero. El que tiene 1,000 piensa que el que tiene 100,000 es tan feliz como él lo sería si su cuenta pasara de 1,000 a 100,000 de un día a otro, pero la realidad, es que el que tiene 100,000 ya está acostumbrado
- La infelicidad en muchas personas surge porque piensan que las que tienen más realmente son más felices, pero no es necesariamente así. El problema está en que pensamos que ellos son tan felices teniendo mucho, como lo seríamos nosotros si de un día a otro tuviéramos sus bienes. Pero la realidad, es que ellos no se sienten como tú te sentirías, porque ya están acostumbrados.
- Las personas feas tienden a sentir infelicidad porque perciben erróneamente que las bellas son mucho más felices. Esto no tiene por qué ser así, porque los bellos ya se acostumbraron a su mucha belleza, como los feos a su poca belleza. Pero, el feo cree que el bello es tan feliz como él lo sería si de un día a otro dejara de ser feo para convertirse en bello
Nuevamente llegamos a la misma conclusión de siempre. Todo reside en cómo percibimos a las cosas. Si tú crees que los que tienen más que tú, son más felices, tú te sentirás menos infeliz por tener esa percepción, y no precisamente porque ellos tengan más.
Recuerda: la felicidad es como la inflación y es pasajera. Así que, el que tiene menos tiende a ser igualmente feliz que el que tiene más. Cuando una persona tiene muchas cosas, en su momento de adquisición fue muy feliz, pero después de un tiempo, ya es similarmente feliz al que no tiene tales cosas.
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
Gracias,Dios te bendiga