“Soy inofendible, porque las palabras no queman, no cortan, no pesan y mi risa las aborta”
Las palabras son implemente sonidos que emitimos y que viajan hasta llegar a nuestros oídos sin ningún poder real. Ninguna palabra tiene capacidad de dañar o destruir a alguien, mucho menos a algo. Ya que son ideas que no tienen cuerpo, ni filo, ni poder. No tienen nada.
Sin embargo, a pesar de que comprendemos lo anterior, las palabras se interpretan en nuestro cerebro y es allá donde puede surgir el poder de causar algo. Esto sólo sucede si las creemos. Si te dicen que te has ganado la lotería y no lo crees, no pasará nada, pero, si lo crees, independientemente de si es cierto o no, te pondrás feliz.
Así entonces, la realidad es que todas las palabras son inofensivas, y lo que que puede hacer que causen algo, es que tú las creas. En mi caso, todas las palabras ofensivas en mi contra, no me hacen nada porque no las creo, de hecho, me causan risa.
Entonces, para ser inofendibles, hay que ignorar las palabras ofensivas que llegan innecesariamente a nuestros oídos y reírnos de lo absurdo que es tratar de ofendernos con palabras impotentes.
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
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