Hace unos años, una amiga muy hermosa y de buen cuerpo, que estaba en la escuela preparatoria (media-superior), dijo que quería casarse con un señor con mucho dinero, aún sin amarlo. La edad no le importaba si tenía mucho dinero. Ella pensaba que por ser joven y hermosa, algún Clic aquí para leer más
Soy un emprendedor, escritor, amante de los negocios y el desarrollo personal. Me gusta escribir, ya sea poesía, novelas o sobre ciencia. También me gustan los números. En la escuela amé las matemáticas. Me gusta tener amigos y ser sociable, considero que cada persona es un mundo lleno de cosas y maravillas por descubrir
El artículo es interesante, sin embargo pienso que el análisis se queda corto pues la perspectiva descrita aquí es unidimensional.
Acaso la mujer joven y bella, podría ser un buen activo para el hombre adinerado, sobre todo como una carta de presentación con fines sociales (donde muchos negocios se cierran en cenas, reuniones y demás pretextos). Un rostro bello puede funcionar como mecanismo de apalancamiento por parte de clientes o negociantes difíciles, y solo el hecho de su presencia podría relajar el ambiente de trabajo o si no está presente, con que interactué con las parejas de los interesados. Solo con eso puede generarle muchas oportunidades al hombre de negocios.
También la mujer joven y bella, aunque envejezca, si sabe jugar bien sus cartas, tendrá la oportunidad de crear una red de contactos que le permitan, en última instancia modificar sus planes a futuro, pues como bien dijiste, si alguna de las partes pierde interés en continuar con la relación contractual se pondrán de acuerdo, dividirán los bienes (si el hombre fue frío en su cálculo económico, habrá exigido un acuerdo prenupcial) y que cada quien para su casa. Perdóname mí estimado Marcos por mi falta de romanticismo, pero el matrimonio no es más que un contrato económico. Tú me das yo te doy. Punto.
Todo los demás aspectos sobre el romanticismo, la caballerosidad y demás factores subjetivos de la mente, no son sino atavismos de un pasado colectivo con que no hemos superado emocionalmente. Las mujeres no son seres indefensos y que necesiten protección alguna, aunque son capaces de cualquier cosa con tal de alcanzar sus objetivos, al igual que los hombres. Lo único que nos enlaza son la necesidad de preservar nuestro material genético y satisfacer periódicamente nuestros deseos personales (sean físicos o sicológicos).
Por todo lo demás, respeto tu posición frente al “amor”, aunque me inclino por la explicación más razonable (como reacción química del cerebro que se expande por todo el cuerpo debido a la euforia).
Estoy totalmente de acuerdo contigo Roberto, sobre todo, en que todo en esta vida es un intercambio, como dices tú, yo te doy, tú me das, y eso también es en los matrimonios. Todo es intercambio.
Saludos!
Hola. Varias de las hijas de las amigas de mi mamá han hecho esto con señores separados o se prostituyen, y se burlan de mí y mi mamá también porque yo no lo hago, trabajo por mi cuenta batallando con un defecto físico, y sí, lamentablemente hay mucho de ésto.